martes, 20 de mayo de 2014

El "árbol bueno", El algarrobo.

El algarrobo blanco o árbol bueno se encuentra de forma natural en gran parte de la Argentina y se desarrolla desde el nivel del mar hasta los tres mil metros de altura.
Uno de los beneficios es que se trata de una especie de crecimiento rápido y de buen porte, que además acelera su crecimiento en las áreas con riesgo. 
Esto significa que es capaz de desarrollarse en menor tiempo que otras especies. Pero también posee otra propiedad muy valorada, tanto a nivel individual como social, que es la de fijador de carbono: en un primer estudio por su desarrollo vegetativo y luego porque gran parte del destino de su madera permite la fijación por un tiempo muy prolongado.

El algarrobo blanco que prospera tanto en ambientes áridos y fríos como en climas cálidos y húmedos, se adapta desde los cien milímetros de precipitación anual hasta los mil cuatrocientos. Y su desarrollo es apto sobre suelos arcillosos, salinos, rocosos, o inundables.
Su principal producto es la madera y su destino básico es el aserrío, la leña y el carbón, aunque también posee una variada gama de aplicación en muebles de categoría molduras y puertas, pisos tarugadas o parquet, cualidades que lo convierten en un producto con mucha demanda.

Entre las muchas alternativas de uso de sus subproductos  están las aplicaciones industriales, como los colorantes, la industria alimenticia, las forrajeras, las medicinales y melífera.
Sus frutos, concidos como “algarroba”, contienen azucares, almidón, proteínas, hierro, calcio y grasas, que son utilizados tanto en la alimentación humana- son aptos para celiacos- como animal.










Fuente: Fascículo extraído del libro “Al planeta lo salvamos entre todos” Susana Pesis.

Edición: Jennifer Andres

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