La ballena franca austral es la protagonista de los avistajes patagónicos. Durante el invierno y la llegada de la primavera, una gran cantidad de ballenas se acercan a la región de península de Valdés, principalmente a los golfos San José y Nuevo, en la provincia de Chubut.
Desde los primeros días de mayo hasta los primeros de noviembre, centenares de ballenas francas vienen a aparearse y reproducirse, algunas ya con sus crías, desde distintos puntos de los fríos mares del sur. De allí su nombre Eubalaena Australis, cuya morfología es reconocida a simple vista por quienes realizan los avistajes.
Alimentación
La ballena franca es un animal filtrador por excelencia. Para tal fin tienen las barbas, que son placas rígidas triangulares formadas por una gran cantidad de pelos cortos y duros recubiertas por queratina .
Su alimentación es planctónica, basada principalmente por Krill y Copépodos, estados larvarios de otras especies de vertebrados e invertebrados como el bogavante y pequeños peces.
Se desplaza nadando lentamente (3 a 5 km/h) por la superficie con la boca entreabierta, permitiendo que el agua con el alimento entre por la abertura al frente de la misma entre las dos hileras de barbas y salga por los delgados espacios entre las placas laterales, reteniendo así el alimento.
Hábitos y ciclo reproductivo
La ballena franca del sur se distribuye a lo largo de todo el Atlántico Sur, pero sus principales zonas de alimentación se ubican en cercanías de la Antártida. Para reproducirse buscan aguas tranquilas y más templadas. En la región patagónica, la zona por excelencia de reproducción de las ballenas francas es la Pensínsula de Valdés, que como resultado es un observatorio de características únicas, optimo para proteger y estudiar a esta increíble especie.
Entre fines de abril y principios de mayo, comienzan a llegar los primeros ejemplares a los golfos Nuevo y San Jorge, en laPenínsula de Valdes, alcanzando su número máximo en septiembre/octubre, para desaparecer las últimas, hacia fines de diciembre. Durante todo este período, en el que se sucederán la copula, el parto y el cuidado del ballenato, las madres sobreviven gracias a una importante reserva adiposa, ya que su principal alimento, el plancton marino (krill}, no puede hallarse en éstas aguas. Solo disponen de algunas larvas de langosta del fondo marino, para recuperarse volverán al mar antártico en donde cosumirán una tonelada de krill por día.
Amenazas
Su población crece a una tasa del 7% anual en Península de Valdés. De todos modos, su futuro aún no está asegurado, pues enfrenta una serie de amenazas derivadas de las actividades humanas.
- El acoso de las gaviotas: Las gaviotas cocineras se alimentan de piel y grasa de las ballenas francas. Los picotazos alteran el comportamiento de las madres y sus ballenatos durante la crítica etapa de lactancia.
- Cacería comercial: Las ballenas francas están protegidas de la cacería comercial desde 1935. Sin embargo, países balleneros como Japón, Noruega e Islandia presionan por reabrir la caza comercial con "fines científicos"
- Colisiones con barcos: Los choques con grandes buques son la principal causa de muerte de origen humano, sobre todo del Atlántico Norte. En nuestras costas se cuenta con registros de ballenas heridas por las hélices en sus lomos.
- Enmallamientos: Cuando las ballenas se enredan en sogas y redes pueden morir ahogadas.
Edicion:Lucas Montero
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