Heroina de ducha
Se asomó despacio, muy lentamente. Primero una pata, después la otra y por último, algo que parecía ser la cabeza.
Ramona lo miraba, quieta, estática, como si hubiese visto al mismísimo diablo en bolas.
Primero pensó que tenía pelo, pero se dio cuenta de que hacía varios días que nadie sacaba lo que quedaba en la rejillita de la ducha.
Siguió subiendo. Muy tranquilo, como si estuviera llegando muy temprano a algún lado.
Era azul. No, era verde... De que color era? Se trepaba con total determinación por la rejilla metálica. Parecía una babosa, de esas que a penas ves te dan ganas de vomitar.
Consideró nuevamente la idea de la ojota. Resultaba bastante seductor pegarle un ojotazo y que salpicara todos los azulejos con ese color verde azulado que tenía. Desistió. Un ser que emergía de las profundidades de las cloacas de su casa merecía vivir, por más que fuera... Qué era? Tal vez un huevo de extraterrestre que quería implantarse en su cerebro para destruir todo el planeta.
Agarró la ojota con fuerza.
Tal vez era una nueva pastilla para adelgazar. Se vio a si misma contándole a las envidiosas de sus amigas lo rápido que había bajado de peso con la pastilla mágica que se había encontrado en la ducha. Uno nunca sabe, las farmacias elaboran de todo y hacen diez mil cosas para vender, capaz que ella había sido la elegida para probar el producto.
Y si era un germen hiper desarrollado capaz de matar a la raza humana? Y si salvar la especie estaba en sus manos? Sin dudarlo, le pegó con la ojota.
Había resultado ser una pelusa, pero a ella le gustaba creer que era una heroína.
-Que lástima que no era la pastilla para bajar de peso- se dijo a si misma en voz alta. Y siguió pensando en lo que hubieran dicho las envidiosas de sus amigas mientras se ponía shampoo.
agradecemos a Yazmin Austin por acercarnos su trabajo.
agradecemos a Yazmin Austin por acercarnos su trabajo.
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