Un psicólogo en una sesión
grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta:
¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó: “¿Cuánto pesa este
vaso?” Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió:
“El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo
sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo,
si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no
cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar
se vuelve.” Y continuó: “Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si
piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler
y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de
hacer nada.”
Edición: María del Mar Astorga
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